Los quistes y adenomas de las glándulas apocrinas son afecciones benignas comunes que se observan en perros de mediana edad y mayores, y que afectan particularmente a razas como los grandes Pirineos, los chow chow y los malamutes de Alaska. Estos quistes y adenomas se desarrollan a partir de las glándulas apocrinas, que están asociadas con los folículos pilosos y se encuentran en la piel. Este artículo ofrece una mirada en profundidad a estas afecciones, incluidas las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento.

¿Qué son los quistes de las glándulas apocrinas?

Los quistes de las glándulas apocrinas son quistes no cancerosos que aparecen en la piel de los perros. Por lo general, se observan en las capas medias y superiores de la piel, ligeramente asociados a los folículos pilosos. Los quistes apocrinos pueden formarse en la cabeza, el cuello y otras zonas, y suelen presentarse como uno o más sacos llenos de líquido debajo de la piel. Estos quistes suelen ser benignos, lo que significa que no se propagan ni se vuelven cancerosos.

Existen dos formas de quistes de las glándulas apocrinas:

  1. Quistes apocrinos localizados: Estos se desarrollan en o cerca de los folículos pilosos individuales y se encuentran más comúnmente en la cabeza y el cuello de los perros.
  2. Quistes apocrinos difusos: Esta forma implica la formación de múltiples quistes en las glándulas apocrinas asociadas a múltiples folículos pilosos. Pueden aparecer en zonas de piel no lesionada, lo que dificulta su tratamiento si se extienden.

Aunque son benignos, estos quistes a veces pueden causar molestias, especialmente si crecen o se rompen.

¿Qué son los adenomas de las glándulas apocrinas?

Los adenomas de las glándulas apocrinas son tumores benignos que pueden surgir en las glándulas apocrinas. Tienen el aspecto de masas firmes o blandas y pueden contener líquido cuyo color varía de transparente a amarronado. Por lo general, estos quistes no miden más de 4 centímetros (1,6 pulgadas) de diámetro. Al igual que los quistes apocrinos, los adenomas también se encuentran en la cabeza, el cuello y las patas de los perros mayores y, en casos raros, en los gatos y los caballos.

Los adenomas apocrinos son de dos tipos:

  1. Adenomas apocrinos: Son crecimientos sólidos y benignos formados por las glándulas apocrinas.
  2. Adenomas ductulares apocrinos: Estos involucran los conductos de las glándulas apocrinas, dando lugar a formaciones quísticas.

Razas con mayor riesgo

Algunas razas de perros son más propensas a desarrollar quistes y adenomas en las glándulas apocrinas. Las razas más comúnmente afectadas son:

  • Grandes Pirineos
  • Chow Chow
  • Malamute de Alaska

Los perros mayores de estas razas tienen más probabilidades de desarrollar estas afecciones, aunque se desconoce la causa exacta. La genética, los factores ambientales y la edad pueden influir en su desarrollo.

Síntomas a tener en cuenta

  • Quistes o bultos visibles en la cabeza, el cuello o las piernas.
  • Sacos llenos de líquido debajo de la piel
  • Masas blandas a firmes que pueden variar en tamaño.
  • Decoloración de la piel o del líquido del quiste (de transparente a marrón)
  • Posible rotura de quistes provocando inflamación o infección localizada.

Si bien estos quistes y adenomas generalmente son indoloros, pueden causar molestias si se rompen o crecen en zonas sensibles.

Opciones de tratamiento

El tratamiento principal de los quistes y adenomas de las glándulas apocrinas es la extirpación quirúrgica. Sin embargo, esto puede resultar complicado, en particular en los casos en que los quistes son difusos y se extienden por una zona más amplia de la piel. En los casos localizados, la cirugía suele ser sencilla y el pronóstico es excelente después de la extirpación.

En situaciones en las que la cirugía no es una opción, los veterinarios pueden recomendar controlar los quistes para detectar cambios en el tamaño o molestias. Si los quistes se rompen, es posible que se requieran antibióticos para prevenir una infección.

Los quistes y adenomas de las glándulas apocrinas en los perros son, por lo general, afecciones benignas y tratables. Si bien pueden causar problemas estéticos y molestias ocasionales, la detección y el tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones. Los dueños de razas en riesgo, como los grandes pirineos, los chow chow y los malamutes de Alaska, deben controlar a sus perros para detectar el desarrollo de estos quistes a medida que envejecen y consultar a un veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

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