Como dueño de una mascota, descubrir un bulto en su perro puede ser alarmante. El primer pensamiento que suele venir a la mente es: "¿Es cáncer?". Sin embargo, no todos los bultos y protuberancias son tumores, e incluso si lo son, no todos los tumores son malignos. Comprender los diferentes tipos de crecimientos, sus posibles causas y el mejor curso de acción puede ayudarlo a tomar decisiones informadas sobre la salud de su perro.

Causas comunes de bultos en los perros

Los bultos en los perros pueden aparecer por diversas razones, desde depósitos de grasa benignos hasta tumores cancerosos más preocupantes. Estas son algunas de las causas más comunes:

1. Lipomas (tumores grasos)

Los lipomas son uno de los bultos que se encuentran con mayor frecuencia en los perros, especialmente en los perros mayores o con sobrepeso. Son depósitos grasos blandos, móviles y generalmente inofensivos debajo de la piel. Si bien por lo general no requieren tratamiento, un veterinario puede recomendar su eliminación si crecen demasiado o interfieren con el movimiento.

2. Sebaceous Cysts

Los quistes sebáceos se producen cuando un folículo piloso o una glándula sebácea se obstruyen y forman un bulto lleno de sebo (una sustancia grasosa). Estos quistes a veces pueden romperse y supurar una secreción blanquecina o amarillenta. La mayoría son benignos, pero es posible que sea necesario drenarlos o extirparlos si se infectan.

3. Abscesos

Un absceso es una zona hinchada y llena de pus que suele deberse a infecciones, picaduras de insectos o heridas. Estos bultos pueden estar calientes, rojos y doler al tacto. Los abscesos pueden romperse por sí solos, pero suelen requerir tratamiento veterinario, que incluye drenaje y antibióticos.

4. Verrugas (Papilomas)

Las verrugas caninas son causadas por el virus del papiloma y suelen aparecer en perros jóvenes o con sistemas inmunológicos debilitados. Estos pequeños crecimientos con forma de coliflor suelen desaparecer por sí solos, pero es posible que sea necesario extirparlos si interfieren con la alimentación o el movimiento.

5. Histiocitomas

Los histiocitomas son tumores benignos que suelen afectar a perros jóvenes. Aparecen como bultos pequeños, rojos y con forma de cúpula, a menudo en las patas, la cara o las orejas. Muchos histiocitomas se resuelven por sí solos en unos pocos meses, aunque algunos pueden requerir extirpación si persisten.

6. Tumores de mastocitos (MCT)

Los tumores de mastocitos se encuentran entre los cánceres de piel más comunes en los perros. Pueden variar en apariencia: algunos pueden parecer bultos inofensivos, mientras que otros pueden estar ulcerados o inflamados. Los tumores de mastocitos pueden ser agresivos, por lo que cualquier bulto sospechoso debe ser evaluado por un veterinario de inmediato.

7. Sarcomas de tejidos blandos

Estos tumores malignos se desarrollan en los tejidos conectivos y pueden crecer lentamente o ser agresivos. Suelen ser firmes al tacto y no se pueden mover fácilmente debajo de la piel. La detección y la eliminación tempranas son fundamentales para un mejor pronóstico.

Cómo identificar si un bulto es preocupante

Si bien algunos bultos son inofensivos, otros pueden requerir atención veterinaria inmediata. Tenga en cuenta las siguientes características:

  • Tamaño y tasa de crecimiento: Si un bulto crece rápidamente, puede indicar malignidad.
  • Textura y movilidad: Los bultos blandos y móviles suelen ser benignos, mientras que los bultos firmes y adheridos pueden ser más preocupantes.
  • Color y apariencia: Los bultos ulcerados, inflamados o sangrantes requieren un examen inmediato.
  • Dolor y malestar: Si su perro reacciona negativamente al tacto, podría indicar una infección o un cáncer.

Qué hacer si encuentras un bulto en tu perro

1. Vigila el bulto

Si el bulto es pequeño, blando y no causa molestias, puede controlarlo durante algunas semanas. Tome nota de cualquier cambio en el tamaño, la forma o el color.

2. Consultar a un veterinario

Si el bulto crece rápidamente, se siente firme, es doloroso o tiene una textura inusual, programe una visita al veterinario. Su veterinario puede realizar una aspiración con aguja fina (PAAF) o un biopsia para determinar si el bulto es benigno o maligno.

3. Considere la posibilidad de retirarlo si es necesario

Los bultos benignos que son grandes, crecen o interfieren con el movimiento pueden necesitar extirpación quirúrgica. Los tumores cancerosos suelen requerir cirugía, radiación o quimioterapia.

4. Mantenga un estilo de vida saludable

Una dieta equilibrada, ejercicio regular y controles veterinarios de rutina pueden ayudar a reforzar el sistema inmunológico y la salud general de su perro, reduciendo el riesgo de desarrollo de tumores.

Pensamientos finales

No todos los bultos que aparecen en tu perro son motivo de pánico, pero siempre es mejor estar alerta. La detección temprana y una evaluación veterinaria adecuada pueden marcar la diferencia para garantizar la salud y el bienestar de tu perro. Si notas algún bulto nuevo o que esté cambiando, no dudes en consultar a un veterinario: ¡la salud de tu amigo peludo merece una atención especial!

¿Le gustaría obtener información adicional sobre alguno de los tipos de bultos específicos u opciones de tratamiento?

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